Medicina deportiva - pruebas

La ecografía, también conocida como ultrasonidos, se basa en el envío de ondas de sonido a través del cuerpo que son reflejadas por los órganos internos. Estos reflejos se interpretan por instrumentos tecnológicos especializados, capaces de crear la imagen de una parte del cuerpo. Se trata de una prueba muy útil para explorar el sistema músculo-esquelético y así detectar problemas en los músculos, tendones, ligamentos o articulaciones. Las imágenes obtenidas se capturan en tiempo real y es por eso que las ecografías permiten también percibir el movimiento, la función y la anatomía del paciente.

La prueba de esfuerzo, o ergometría, es una prueba que toda persona que practique actividad física debería hacerse una vez cada cierto tiempo, pues es importante conocer el estado físico en el que se encuentre para conocer sus posibilidades y límites.  Se diferencia entre las pruebas de esfuerzo con análisis de gases y sin análisis de gases. El análisis de gases se refiere a que se mide directamente, mediante sensores, el oxígeno y el anhídrido carbónico que respira la persona. Cuando no se analizan gases, el oxígeno que consume la persona se determina indirectamente en base a fórmulas elaboradas en base al análisis de gases, con muy poco margen de error. En estos casos, la cantidad de oxígeno que consume una persona refleja el funcionamiento de los pulmones, corazón y metabolismo del músculo con el ejercicio. A mayor consumo, mejor funcionamiento. Se puede realizar en tapiz (cinta de correr) o sobre una bicicleta estática, según el deporte que practique el paciente o sus necesidades, aunque es cierto que se recomienda hacerlo sobre la cinta para conseguir llegar a la frecuencia más alta y con un reclamo muscular mayor.  Durante la prueba se realiza un electrocardiograma y suele tener una duración de 15 a 20 minutos, y dependiendo del protocolo que aplique el especialista, la intensidad irá incrementando progresivamente cada cierto tiempo para ver cómo reacciona el corazón al llegar a un esfuerzo máximo o una frecuencia cardíaca máxima.

La prueba de esfuerzo, o ergometría, es una prueba que toda persona que practique actividad física debería hacerse una vez cada cierto tiempo, pues es importante conocer el estado físico en el que se encuentre para conocer sus posibilidades y límites.  Se diferencia entre las pruebas de esfuerzo con análisis de gases y sin análisis de gases. El análisis de gases se refiere a que se mide directamente, mediante sensores, el oxígeno y el anhídrido carbónico que respira la persona. Cuando no se analizan gases, el oxígeno que consume la persona se determina indirectamente en base a fórmulas elaboradas en base al análisis de gases, con muy poco margen de error. En estos casos, la cantidad de oxígeno que consume una persona refleja el funcionamiento de los pulmones, corazón y metabolismo del músculo con el ejercicio. A mayor consumo, mejor funcionamiento. Se puede realizar en tapiz (cinta de correr) o sobre una bicicleta estática, según el deporte que practique el paciente o sus necesidades, aunque es cierto que se recomienda hacerlo sobre la cienta para conseguir llegar a la frecuencia más alta y con un reclamo muscular mayor.  Durante la prueba se realiza un electrocardiograma y suele tener una duración de 15 a 20 minutos, y dependiendo del protocolo que aplique el especialista, la intensidad irá incrementando progresivamente cada cierto tiempo para ver cómo reacciona el corazón al llegar a un esfuerzo máximo o una frecuencia cardíaca máxima.

El objetivo de este tipo de pruebas de aptitud física es garantizarle al deportista que puede desarrollar la práctica deportiva que le interesa sin poner en riesgo su salud. ¿Cómo? Mediante un previo análisis que ayude a detectar posibles patologías que puedan dificultar la práctica y proceder a una solución terapéutica si es el caso. A partir de los 16 años, durante la sesión se realiza lo siguiente: Certificado médico deportivo. Revisión historial clínico. Exploración física completa. Exploración aparato locomotor. Exploración cardiorrespiratoria básica. Electrocardiograma en reposo y en esfuerzo. Prueba de esfuerzo.

El objetivo de este tipo de pruebas de aptitud físicas es garantizarle al deportista que puede desarrollar la práctica deportiva que le interesa sin poner en riesgo su salud. ¿Cómo? Mediante un previo análisis que ayude a detectar posibles patologías que puedan dificultar la práctica y proceder a una solución terapéutica si es el caso. En el caso de los menores de 16 años, durante la sesión se realiza lo siguiente: Certificado médico deportivo. Revisión del historial clínico. Exploración física completa. Exploración del aparato locomotor. Exploración cardiorespiratoria básica. Electrocardiograma en reposo.

La salud de una persona está relacionada con su composición corporal, es decir, que si la presencia de la parte grasa es excesiva podemos sufrir, a medio y largo plazo, patologías del sistema metabólico y/o enfermedades derivadas que pueden condicionar el correcto funcionamiento de diferentes órganos. Es por eso que es muy importante controlar el peso corporal y determinar qué porcentaje de tu cuerpo corresponde a tejido graso y cuál a tejido muscular. Por eso existen pruebas como el escáner de composición corporal, un sofisticado sistema de impedancia eléctrica miográfica que permite distinguir las características del tejido muscular y graso de un total de 24 músculos del cuerpo.  De hecho, hay estudios que confirman que un porcentaje de materia grasa de entre el 12%-15% para los hombres y 15%-19% en mujeres puede considerarse adecuado y saludable. En deportistas, estos porcentajes son inferiores con el fin de garantizar el máximo rendimiento del atleta. ¿A quién va dirigido este estudio? A los deportistas: Que quieren conocer su estado de forma y sus distribuciones de tejido muscular y de masa grasa. Que quieren monitorear durante toda una temporada la evolución de los tejidos. Que quieren conocer las simetrías y asimetrías musculares del lado derecho e izquierdo y de las cadenas musculares anterior y posterior. Que quieren recuperarse de una lesión y equilibrar la musculatura de la zona debilitada por la lesión con la zona antagonista de su cuerpo. A los no deportistas: Que quieren reducir su porcentaje de masa grasa. Que quieren aumentar su tono muscular. Que quieren reducir su peso corporal. Que quieren mejorar su estado de salud mediante una correcta relación entre masa grasa y muscular.

El test de desequilibrios musculares ofrece datos útiles al deportista, entrenadores y preparadores físicos para cuantificar con detalle su estado de forma muscular y poder planificar y realizar un plan de desarrollo muscular adecuado. Gracias a los resultados obtenidos, el plan de ejercicios específico de refuerzo muscular se adapta a las necesidades físicas de cada persona para poder reequilibrar las asimetrías musculares y mejorar el gesto deportivo. Se trata de un test orientado a todas las personas que quieren conocer con exactitud sus niveles de fuerza y simetría muscular. Especialmente aquellos que necesitan mejorar su calidad muscular, ya sea para prevenir lesiones o para mejorar el rendimiento.

La tecnología más avanzada permite a los profesionales medir la potencia de un corredor o atleta, gracias al uso de un rodillo de resistencia aerodinámico y un análisis de lactato, se pueden determinar los umbrales de potencia, frecuencia cardíaca y el perfil de lactato de cada deportista. Estos umbrales cruzados con el somatotipo, la antropometría y las características físico-musculares de cada uno ¡ permiten elaborar un cuadro muy detallado del tipo de deportista que tenemos delante y proponer nuevos métodos de entrenamiento que le ayuden a progresar. Todos los datos se analizan teniendo en cuenta todas las variables del entrenamiento. Se trata de un test dirigido a los deportistas de resistencia, de cualquier nivel, que desean conocer su estado de forma según los parámetros fisiológicos de la frecuencia cardíaca y de lactato. Y se puede realizar en el campo (posta de atletismo, piscina, etc.) o en un laboratorio, dependiendo del momento de la temporada y de las necesidades del deportista.

Las nuevas tecnologías permiten que los profesionales puedan medir los tiempos de vuelo y de contacto durante un ciclo de carrera, necesario para conocer los parámetros ligados al rendimiento del atleta.   Esto permite cuantificar e interpretar con exactitud los déficits o errores, de técnica o musculares, del corredor, y poder configurar así un programa de entrenamiento específico y personalizado para que el running sea lo más eficiente y seguro posible. Los parámetros que se analizan son los siguientes: Duración de la fase de apoyo Duración de la fase aérea Potencia y duración de la fase propulsión Longitud del paso Longitud de la zancada Velocidad media del paso Relación de aceleración entre pasos Cadencia en los pasos Tiempo de contacto del pié con el suelo ¿Cómo se procede para mejorar la carrera? Interpretación de los datos para comprender qué tipo de corredor eres. Ejercicios específicos correctivos para mejorar la técnica y los posibles déficits músculo/esqueléticos existentes. Adquisición de los automatismos: puesta en práctica e implantación de las correcciones durante los entrenamientos.